domingo, 22 de febrero de 2009

¿Has hecho lo que te pedí?


Te he abierto mi puerta, para que penetraras en el secreto, en que el hombre que me habita me hace caer, dónde el espíritu se nubla y las bajas pasiones se gozan, se exaltan, se solazan por el solo instinto de la voluptuosidad.
Si, y a ti te atraigo poco a poco para que te sumerjas en el mismo ceremonial y te sientas cubierta y arrebujada en esta bocanada de hedonismo lujurioso para hacerte mía y enriquecerte del agrado por tu sexo, bien cuidado. Entusiasta de ser engalanado por la fogosidad del mío.
Invítame a entrar en ti como yo trato de hacerlo, mírame como una mujer que desea ser poseída y conquistada para el delirio, para entusiasmo del placer y las emociones.
No te dejes dominar por los prejuicios, no hay mejor manera de disfrutar del tiempo que nos toca vivir que despreocupándose de él y los límites que nos han puesto y nosotros hemos aceptado. No hay mejor manera de ser una buena amante que despreocupándose de serlo.
¿Has pensado en mí, anoche? ¿Has hecho lo que te pedí? Yo lo hice, si, pensando en ti y disfrute tanto que grite y te llame con mi pensamiento en medio de la noche… atravesando todas las sombras, alcanzando el enajenamiento hipnótico de la embriaguez por ti. Sentado en el sofá pude sentir el vuelo más ligero hasta ti. Me gusto mucho ¿lo sabes…? Todo se reboso y se inundo advirtiendo su calor tenue primero y frío después en la piel y luego la calma me sereno ¿dónde estás ahora? ¿estás incómoda? Ya sabes que te espero, sí, espero que lo hagas, en algún lugar dónde no lo hayas hecho nunca, la cama es demasiado prosaico… ¿no?
Me gustaría que te permitieras gozar del sexo de otras maneras que jamás te hubiera atrevido a pensar, sin la menor sensación de culpa.
No permitas que en la cabeza se arremolinen toda esa barahúnda de pensamientos contradictorios, que luego se transformarán en sentimientos negativos.
Trato de imaginar como podría, como piensas que podría ser una historia, un encuentro sexual contigo... ya se que me has dicho que no podrías, pero el pensamiento es libre. Trato de sentirme en tu fantasía, de cómo llegaría a encontrarme contigo, sintiendo como sería el placer de fluir desde mi ser primero y mi sexo despues el esperma esparciéndose en tu coñito primero y entre tus nalgas también ¿te gusta esa sensación viscosa que me cubre y resbala?
Sin duda, son respuestas que tu no se si me contestarás... pero si acurriera sería algo, algo especial.

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